jueves, marzo 12, 2009

Dia x


Este viaje que son todos los viajes me llevan a todos los luegares que se son el mismo en distintos códigos que decimos idiomas. Dos días en aeropuertos, ahora en cualquier lugar: digamos Amsterdam, aunque puede que sea Bruselas, o Cochabamba, y puede que sea mañana, y no hoy. Estoy sin ganas de pagar 3 euros por servicio de Internet. Prefiero volver a refugiarme en ser Arístides, y tener 18 años o tal vez 19, es decir 28, y ser una roca, y aunque sea pretendido como pertenencia de alguna gente, estar aquí sin pertenecer a nadie pero buscando pertenecer a todos.

Esta tarde en una par de horas estaré de vuelta en eso que por ahora llamo casa, pero es también una casa de paso, aunque en el timbre se lea mi nombre (Mastropiero, El Otro 3er piso). En esa casa de hace un año y medio y que sigue, y me aloja y me calienta pese a su frío. Con amigos que son los mismos con otras caras y con otros lenguajes, pero son los mismos aunque se llaman distinto. Todos somos la repetición sistemática de otras vidas. Yo también, digo lo mismo y pienso lo mismo que muchos que no sé su nombre, que viven y que vivieron. Que estuvieron y están ahora y en todas las épocas, hace 10 años, hace 20, hace 300. y 2000. Lo mismo esta computadora, y esa piedra, y todas las computadoras y todas las piedras, menos dolor pero más estrés, ¿cuál duele más?

¿Hacia dónde voy?, espero protección. Siento que ahora estoy más listo de espíritu, que mi energía al fin está recuperada, eso ya es algo. Creo que durante muchos meses o quizás más de un año no había sido así, ya es algo. Con eso debería hacer algo, volver a sentirme vivo y dueño de mi destino. Espero seguir aquí, pensar en seguir aquí. Dia X, como aquel Primer día de marzo hace 10 años, estaba aquí, y ahora estoy allá, en esa salita y con ese CPU, en este mismo documento que es una continuación que sigue y quiere seguir.